Jornada «¿Deuda o Desarrollo? Financiación para el Desarrollo y Doctrina Social de la Iglesia»
CRÓNICA Y CONCLUSIONES
La Iglesia reclama cancelar la deuda de los países más empobrecidos
[entrada tomada de la web de Pastoral Social de la CEE]
La jornada «¿Deuda o Desarrollo? Financiación para el Desarrollo y Doctrina Social de la Iglesia» se celebró el pasado 11 de marzo en el campus de Sevilla de la Universidad Loyola, en el marco de este Año Jubilar 2025.
- Ha reflexionado sobre la urgencia de una justicia económica global, inspirados por la Doctrina Social de la Iglesia
- Participaron más de 250 personas de diversos países.
- Se ha puesto de manifiesto que, en un mundo interdependiente, el problema de la deuda alcanza dimensiones alarmantes: más de la mitad delos países menos desarrollados enfrentan un sobreendeudamiento que asciende a 9 billones de dólares, y la carga del servicio de la deuda ha aumentado un 50% en la última década.
- 3.300 millones de personas viven en países que destinan más recursos al pago de intereses de la deuda que a garantizar derechos básicos como la salud o la educación.
- A esto se añade la deuda ecológica, que agrava las desigualdades y pone en riesgo el bienestar de las generaciones futuras y el cuidado de la casa común.
- Se ha recordado que la tradición del Jubileo rememora que la verdadera justicia ha de estar al servicio del bien común universal y de los derechos de los pueblos más vulnerables. En este sentido, “el Año Jubilar 2025 nos llama a replantear los mecanismos de la deuda para que no se conviertan en un instrumento de opresión”.
- Es necesario “un cambio estructural que devuelva a la economía su función social originaria, para que todos puedan tener acceso a lo necesario para una vida digna”. En definitiva, como pactó el Papa Francisco con los jóvenes economistas, “es necesario dar un alma a la economía.”
Declaración final: RESUMEN (la declaración completa puede descargarse en este enlace)
1. Cancelación o reestructuración de la deuda para liberar a los países más vulnerables del sobreendeudamiento.
2. Canjes de deuda (debt swaps) por inversiones en salud, educación, seguridad alimentaria y medioambiente.
3. Mayor regulación y transparencia en el endeudamiento internacional, que prevean crisis de deuda futuras, evitando condiciones perjudiciales para los países deudores y garantizando condiciones de vida digna de sus ciudadanos.
4. La creación y dotación de sistemas justos de financiación climática, que reconozcan la deuda ecológica de los países desarrollados con los países más vulnerables.
5. Un marco multilateral inclusivo y equitativo, donde todas las partes involucradas en las crisis del endeudamiento soberano tengan voz y representación.
6. Una economía centrada en la persona humana, inspirada en la justicia y la solidaridad, que reconozca la dignidad de todo ser humano y promueva modelos económicos basados en el bien común, el respeto a la naturaleza y la equidad global.
“La paz no puede existir sin justicia social, y la justicia social exige una transformación profunda de las estructuras económicas que perpetúan la pobreza y la desigualdad. Que este Jubileo traiga para todos, especialmente para los niños, niñas y jóvenes de los países más empobrecidos, un verdadero tiempo de gracia, justicia, y esperanza”, concluye el texto.
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